Fuerteventura, la riqueza escondida de los hábitats extremos
Un equipo de la agencia Efe se ha desplazado a la Reserva Ornitológica de El Jarde, en Fuerteventura, para conocer in situ como es la riqueza de los espacios Red Natura 2000 del archipiélago canario.
Cristina Yuste- EFE. Más de la mitad de la superficie de la isla canaria de Fuerteventura, la segunda más grande del archipiélago, pertenece a la Red Natura 2000, gracias a una particular orografía, aparentemente inhóspita, que alberga sin embargo gran riqueza geológica, vegetal y faunística.
Además, en 2009 se convirtió en el mayor espacio natural español de los que integran la lista de la Unesco de Reservas de la Biosfera, un reconocimiento no solo para su superficie terrestre, también para buena parte de su medio marino, nada menos que 187.000 hectáreas.
Aquél fue un reconocimiento a la labor de sus gentes por poner en valor y potenciar el desarrollo sostenible en la isla, donde la actividad humana es uno de los pilares de su economía y sus tradiciones.
Precisamente, es aquí donde pone el foco la Red Natura 2000, empeñada en hacer compatible la protección y la conservación con el mantenimiento y la garantía del tradicional uso del territorio con fines agrícolas, ganaderos, pesqueros o cinegéticos.
En el cercado de El Jarde, que la organización SEO/BirdLife adquirió en el año 2005 con fondos europeos, se lleva a cabo un proyecto piloto en este sentido, mediante el estudio de los impactos, sobre todo de la ganadería y la caza, y su posterior readaptación para que nadie ni nada se vea perjudicado.
La delegada de esta ONG en Canarias, Cristina González, ha explicado a Efe que la finca se adquirió con un doble objetivo: por un lado, «conservar una población importantísima de hubara y otras especies esteparias, y por otro, acometer estudios que permitan hacer una buena gestión que favorezca su uso agrícola y ganadero». «Tenemos que pensar -ha añadido- que El Jarde está dentro de la Red Natura 2000 y uno de sus retos es hacer compatible el uso sostenible del territorio».
Para ello, SEO/BirdLife también pondrá en marcha proyectos de educación ambiental, que «proporcionen valor a la finca y a la zona que ocupa y para que la población local la conozca y la quiera y valore los hábitats esteparios, siempre tan infravalorados», ha afirmado la delegada de SEO.
El Proyecto Life gracias al cual la ONG pudo adquirir El Jarde se basa en la conservación de la avutarda hubara, un ave endémica del archipiélago y única en Europa que habita en jables arenosos y llanos terrosos y pedregosos de las islas de Lanzarote, Fuerteventura y La Graciosa.
Es el ave de mayor tamaño de las islas Canarias y tan sensible a la presión humana que hoy día se encuentra en serio peligro de extinción, hasta el punto de que en el año 2003 SEO/BirdLife se puso a los mandos de un proyecto Life para garantizar su supervivencia.
Fuerteventura es la isla más antigua del archipiélago canario y su paisaje es manifiestamente volcánico, una característica hostil para el desarrollo de muchas especies vegetales, pero al mismo tiempo valiosa para el arraigo de endemismos adaptados de manera ejemplar al clima y al terreno.
Con una economía basada principalmente en el turismo, el futuro de la isla vive una encrucijada desde que el Gobierno diera luz verde a una serie de prospecciones petrolíferas a sólo 10 kilómetros de sus costas.
En declaraciones a Efe, el presidente del Cabildo de Fuerteventura, Mario Cabrera, ha acusado al Gobierno de romper el compromiso con una sociedad «manifiestamente contraria a este modelo de desarrollo de siglos pasados».
Cabrera ha asegurado que su postura está avalada, además, por decenas de informes científicos y ha insistido en que «no es una cuestión de dinero, sino de una filosofía de cambio de modelo de desarrollo».
«Nuestro reto es ganar esta lucha en los tribunales, ya que no se quieren sentar a hablar, sino imponer los intereses de una multinacional y, seguramente, de un ministro», ha concluido.